Ciencias Naturales

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Niños cuidando el mundo.

lunes, 21 de marzo de 2011

1.- ¿Que comemos?

Para crecer y obtener energía necesaria para realizar sus funciones, el ser humano necesita varios tipos de alimentos.
Clasificar los alimentos nos permite entender mejor su función y su valor. Podemos clasificar los alimentos según su origen y las sustancias nutritivas que contienen. De esta manera, hay tres grupos:

  • Cereales y tubérculos. En México, los cereales que más se consumen son el maíz y el trigo en forma de tortilla, pan y pastas, así como el arroz que acompaña diversos guisados. Tubérculos comunes son la papa y el camote. Los cereales aportan energía en forma de azucares, como la glucosa, además de proteínas, fibra y algunas vitaminas.

  • Frutas y verduras. Este grupo de alimentos es muy rico y variado pues a él pertenecen el plátano, durazno, mamey, guanábana, tamarindo, naranja, piña, y verduras como calabaza, espinaca, col, zanahoria, betabel y lechuga, entre otras. De las verduras y frutas tomamos las vitaminas y minerales que nuestros organismos requieren en cantidades muy pequeñas pero indispensables para que el cuerpo funcione bien. De este grupo tomamos también la fibra, que ayuda a formar el excremento y desalojar los desechos del cuerpo. Además de tener agua, los frutos también contienen azucares, por eso son alimentos que nos proporcionan energía.

  • Leguminosas y alimentos de origen animal. Las leguminosas como los frijoles, las lentejas y las habas contienen azucares, fibra y son ricas en proteínas. Las proteínas son una parte fundamental de la materia que forman nuestra piel, músculos y casi todo nuestro cuerpo. Son indispensables para crecer y reponer lo que se desgasta en el organismo. La carne de res, puerco, pollo, pescado, así como la leche, queso y huevos contienen proteínas y vitaminas. Este grupo de alimentos contiene, además, grasas que se extraen para producir aceite, mantequilla o manteca para cocinar. Las grasas y los aceites, al igual que la azúcar refinada deben comerse en cantidades muy pequeñas, pues en exceso acarrean consecuencias graves para la salud.

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